María Isabel Cebrián: “La concienciación sobre salud mental ha ido en aumento y es importante buscar apoyo”

Los entornos rurales también merecen servicios sanitarios de primera calidad. Y, por eso, María Isabel Cebrián se ha marcado como objetivo llevar la atención psicológica a Ayora. Allí ha abierto la primera clínica del municipio, donde ofrecerá unos servicios muy necesarios pero que, de cualquier otra forma, serían prácticamente inaccesibles para a mayoría de los vecinos y vecinas. Y es que, la falta de dotaciones, unida a la falta de un transporte público de calidad a las ciudades más cercanas, ha provocado que una buena parte de la población no haya podido acceder a atención psicológica. Un servicio que, por otra parte, está cada vez más demandado.

La primera clínica de atención psicológica de Ayora forma parte del Programa de Mentorización Empresarial en municipios rurales de la provincia de Valencia, que impulsa el CEEI y que está financiado por el Área de Desarrollo Rural y Políticas contra la Despoblación de la Diputación de Valencia.

El programa ofrece un servicio de acompañamiento y mentorización a los emprendedores que tienen una idea revolucionaria de negocio y que quieren convertirla en un proyecto empresarial. También pueden beneficiarse de este programa las empresas de reciente creación que quieran consolidar su actividad en los territorios rurales de la provincia de Valencia.

Charlamos con María Isabel Cebrián para conocer en profundidad su proyecto.

Tu proyecto consiste en abrir una consulta psicológica en el medio rural, ¿por qué es tan importante que la población tenga acceso a la atención psicológica?

Considero que es importante por varios motivos. En primer lugar, porque sabemos que los problemas de salud mental son una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Afectan a millones de personas y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida, la capacidad para trabajar y las relaciones interpersonales.

La concienciación sobre la salud mental ha ido en aumento, y es fundamental buscar apoyo y tratamiento cuando sea necesario. Además, nuestra sanidad pública todavía cuenta con muy pocos psicólogos, lo que obliga a la población a buscar esa ayuda de forma privada.

¿Hay más barreras en el mundo rural para acceder a la atención psicológica que en otros entornos, como la ciudad?

Pienso que sí. Una porque no hay oferta y dos, porque la oferta que puede estar más cerca no es accesible para todo el mundo, ya que no tenemos transporte público para ello.

En Ayora, mi medio rural, llevo trabajando más de cuatro años y la población que busca mis servicios va en aumento, por lo que es un servicio que se demanda. Entonces, que esté en el municipio facilita el acceso de toda la población, ya que las conexiones con las grandes y pequeñas ciudades de nuestro alrededor son prácticamente inexistentes.

¿Es común que en el entorno rural se ofrezcan este tipo de servicios, o podemos considerar tu proyecto como pionero?

Concretamente en mi entorno rural, actualmente, soy la única clínica que hay que tiene dichos servicios.

¿Qué crees que puede aportar tu proyecto a la comunidad local?

En primer lugar un servicio de calidad y especializado, ya que llevo años formándome para ello y seguiré haciéndolo para poder atender con la mayor calidad posible. En segundo lugar, la cercanía de dicho servicio a la población.

"En mi entorno rural, actualmente, soy la única clínica que hay que tiene dichos servicios"

¿Cuál es tu especialidad dentro de la psicología, qué crees que es lo que puedes aportar a los vecinos y vecinas del entorno?

Soy psicóloga general sanitaria, y tengo, a parte del máster habilitante, un máster en psicología clínica y otro en musicoterapia. Esto me permite trabajar cualquier tipo de problema emocional tanto en niños, adolescentes como adultos y personas mayores, aunque es cierto que me gusta mucho el tema de las relaciones del tipo que sean. Es decir, de pareja, familiares, amigos…

Pienso que nos pasamos la vida vinculados y que nadie nos ha enseñado a hacerlo, de ahí que tengamos tantos problemas interpersonales. Es por ello que sigo constantemente en formación para también estar actualizada de todas las problemáticas que atiendo en consulta.

Sin ir más lejos, los últimos manuales que tengo ahora en el despacho son, uno sobre exigencia y perfeccionismo, otro sobre el trastorno límite de la personalidad y otro de habilidades sociales para aprender a decir que no.

¿Cuál es la importancia de que las comunidades rurales puedan acceder a todo tipo de servicios, también sanitarios? ¿Ayuda esto a la dinamización de las comunidades y a atraer gente al entorno rural?

Pienso que lo más importante es que el servicio esté accesible para los vecinos y que no tengan que desplazarse, al final, cuantos más servicios hay en un municipio más atractivo es para quedarse a vivir.

Por otro lado, el hecho de que yo pueda trabajar y quedarme a vivir aquí, también favorece que haga mis inversiones y mi gasto personal en los comercios y empresas de aquí, por lo que ayuda a seguir manteniendo la economía. Al final es una rueda.

¿Qué te inspiró a poner en marcha este proyecto?

La realidad es que este proyecto para mí hace unos años era inimaginable. Si digo que soñaba con esto, mentiría porque ni siquiera había llegado a imaginarlo.

La realidad es que cuando llegó el COVID y acabé mi etapa de estudiante tuve que volver al pueblo y a casa de mis padres porque en Valencia se me acababa todo lo que tenía. En cuanto acabé el máster habilitante, comencé a buscarme la vida como autónoma. Empecé con un paciente en Ayora, en una clínica de Moixent, en una clínica de Almansa para hacer psicotécnicos…

Al mismo tiempo presentaba al ayuntamiento diferentes proyectos: uno de estimulación cognitiva para personas mayores que llevé a cabo durante tres años, otro de educación afectivo-sexual para el Instituto de Educación Secundaria…Y así fue creciendo el proyecto que más me gustaba, que era la atención psicológica, hasta el punto de necesitar otro espacio para poder desarrollarla a tiempo completo. Actualmente estoy en Ayora, al mismo tiempo que colaboro con EREA, un centro de psicología de Valencia.

"La concienciación sobre la salud mental ha ido en aumento, y es fundamental buscar apoyo y tratamiento cuando sea necesario"

¿Cuáles son las mayores dificultades a las que te has enfrentado?

Los inicios con poquitos pacientes son muy duros…he tardado entre tres y cuatro años en tener una agenda e ingresos estables para poder dejar de estar en muchos sitios a la vez haciendo muchas cosas diferentes.

Y, por otro lado, el hecho de trabajar en el mismo pueblo en el que vives y haces tu vida, tiene dos inconvenientes principales: el primero es que toda aquella persona con la que tiene relación personal no puede ser tu paciente, lo cual limita a estas personas el acceso a mis servicios y, por otro lado, como es comprensible, hay personas que al conocerte no se sienten cómodas viniendo a contarte sus problemas, aunque te conozcan de vista.

¿Dónde te gustaría ver tu proyecto en dos o tres años?

Me encantaría que, a parte del servicio de psicología, se pudieran ofrecer otros servicios como nutrición, logopedia, pedagogía, fisioterapia…cualquier otro servicio vinculado con el tema de la salud será bien recibido.

¿Qué te ha aportado el programa de mentoring rural? ¿Cuáles son las áreas en las que has recibido más apoyo?

El programa me ha gustado mucho porque, pese a tener una empresa, no soy empresaria ni he estudiado nada relacionado con la parte empresarial, por lo que todo asesoramiento es, a parte de necesario, bienvenido. Me ha ayudado mucho a la parte del desarrollo del proyecto, porque la manera de funcionar durante este tiempo ha sido de ir haciendo e ir viendo cómo funciona, pero tener un proyecto de negocio te ayuda a saber dónde estás, dónde quieres ir y cómo puedes evaluar tanto si va a ser factible como si lo has podido conseguir.

 

Empresa participante en el Programa Mentoring Rural o EmprendeAventura, desarrollados por CEEI Valencia y financiado por la Diputación de Valencia dentro de su política de apoyo al territorio rural y de lucha contra la despoblación.